ALMONTE (CUESTA MANELI) - HUELVA
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- เผยแพร่เมื่อ 27 ม.ค. 2025
- ¡Qué mares, qué playas, qué rocas anaranjadas...!
Qué agua lamiendo la arena fina y blanca;
y aroma de pino y el tordo cantando entre brezos.
¡Qué imágenes!, recuerdos ensoñados.
Todo ser humano tiene sus propios rincones para ser soñados y disfrutados; rincones hay muchos, y relativos.
Hoy os vamos a mostrar uno de esos rincones paradisíacos, un impresionante paisaje donde la playa es una excusa más, nos estamos refiriendo a la Cuesta Maneli, también llamada Rompeculos.
La primera idea vino de una compañera, Rosa, la cual nos indicó la belleza del lugar y el inmenso pinar que lo rodeaba. Mochila en mano nos pusimos en camino.
La Cuesta Maneli está situada en la Costa de la Luz, en la provincia de Huelva, ocupando 5 kilómetros de la inmensa playa de Castilla, en el kilómetro 39 de la carretera A-494, que une dos grandes complejos turísticos como son Mazagón y Matalascañas. Si tuviésemos que enclavar la Cuesta Maneli, diríamos que se encuentra en el término municipal de Almonte.
La Cuesta Maneli es un enclave que se baña de incesantes horas de sol, casi un secreto de arenales que se funden con el océano Atlántico en una colosal experiencia natural; todo es playa virgen, tierra inexplorada y agua infinita; una auténtica joya de paz, naturaleza y belleza.
Se accede a la playa a través de una pasarela de madera, clavada en el sistema dunar. Pero no se trata de una pasarela cualquiera en la que se suman piezas de madera sobre la arena, es algo más de un kilómetro rodeado de un entorno admirable de flora y fauna. Inmensa superficie forestal de pinares de repoblación.
Recordemos que la repoblación de pinares en esta zona se produjo a mediados del siglo XX, creándose para ello varios poblados forestales, entre ellos Los Cabezudos que ya volamos: • ALMONTE (LOS CABEZUDOS...
Junto a los pinares abundan los jaguarzos y manchas de matorral de brezos y olivillas, especies que van desapareciendo conforme nos acercamos al mar. Más cerca del mar aparecen otras especies que se han adaptado a sobrevivir en el medio, entre las que destaca la camarina (exclusiva de la costa atlántica peninsular), con frutos ácidos y nutritivos similares en su forma a pequeñas perlitas.
Después, sólo especies como el barrón o la clavellina son capaces de sobrevivir al viento y a la arena gracias a sus tallos flexibles.
Y de sustento a la vegetación, las dunas. Muchos frentes dunares se quedan fijos debido a las masas forestales, los vientos y las lluvias; otros muchos presentan tonos anaranjados como consecuencia de la presencia de aguas subterráneas con un alto contenido de óxido ferroso.
Al final del recorrido nos encontramos dos escaleras que bajan hasta la playa, la de la derecha da a la playa familiar y común, y la de la izquierda a la nudista.
La parte final es la más alta, con 112 metros de altura. Es un mirador excepcional para deleitarse con un paisaje interminable de playas y disfrutar de bellos atardeceres viendo cómo el sol se hunde, se funde lentamente en las aguas del Atlántico.
Una vez allí, podremos observar el Acantilado del Asperillo. Se trata de una impresionante pared modelada por el mar, dejando cárcavas, surcos y barrancos. En algunos puntos es tan importante la acción erosiva del mar, que el acantilado retrocede perdiendo materiales a una velocidad de aproximadamente cuatro metros cada año. Y es que hace miles de años la dinámica entre el mar y la costa dio lugar a una erosión localizada, dando origen a lo que hoy conocemos como el Acantilado del Asperillo, declarado Monumento Natural el 9 de noviembre de 1999 por su alto valor geológico. Se considera una de las formaciones costeras con características geomorfológicas y ecológicas más singulares de toda la Península, un acantilado arenoso formado por la sedimentación de arenas de origen eólico y aluvial, materia orgánica y otros materiales. Las distintas capas fueron depositándose a lo largo del tiempo y se estima que los depósitos más antiguos tienen entre catorce y quince mil años de antigüedad. El oleaje y el viento producen en sus paredes distintas tonalidades de naranjas, blancos, ocres y negros estratificados.
No muy lejos se encuentra el famoso Pico del Loro (Torre del Loro), resto de lo que fue una gran torre almenara ( • MAZAGÓN (LA TORRE DEL ... ).
Nuestro buen amigo y piloto Manuel Sequera, amante predilecto de Mazagón, nos indicaba que la cuesta toma el nombre de un pescador que al parecer vivía en la zona.
Qué decir del azul, el verde o el dorado. Las imágenes fueron nuestros ojos aquel día que fuimos cegados por tan maravillosa luz.
Grabamos con Mabel y su abanico; dios, que disgusto para el sol cuando lanza ramilletes de flores al viento por doquier.
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