Hay Martínez¡¡¡, cuando fallan los argumentos, queda atacar a la persona, le dijo la sartén al cazo en todo caso, la ciudad donde habita el Señor Ovejero un señor que de su bolsillo le paga e invita a una cerveza a un txarnego recién llegado años ha...,en una ciudad donde precisamente actos de generosidad tal, solo se ven como las supernovas, cada 200 o 300 años, un hombre que escucha a todos, cosa que muchos no suelen hacer por esos lares, solo se dedican a juicios psiquiátricos que escuchan a las consultas a las que acuden o deberían acudir...Un señor que va a jugar partidos de futbol con inmigrantes de un barrio humilde de Barcelona, mientras otros se dedican al mundo del postureo, haciéndose pasar por rojazos, haciendo gala de torquemadismo y un perdonavidismo, cuando en muchos casos solo son unos pobres infelices con ínfulas, con un currículo académico falsificado, vamos en resumen es poco humilde hablar de la humildad de los demás, en resumen, aporten algo de una maldita vez o guarden un saludable silencio, el ruido que producen es estéril.
Magnífico.
Excelente
El sonido es horrible. Es lo único que hay que cuidar al subir una conferencia. Pues nada.
Ay, la impostada humildad franciscana de Ovejero. El tamaño de su ego es parecido al de su cofrade Trapiello, uno y trino.
¿Y cómo sabe usted que esa humildad no es verdadera?
Hay Martínez¡¡¡, cuando fallan los argumentos, queda atacar a la persona, le dijo la sartén al cazo en todo caso, la ciudad donde habita el Señor Ovejero un señor que de su bolsillo le paga e invita a una cerveza a un txarnego recién llegado años ha...,en una ciudad donde precisamente actos de generosidad tal, solo se ven como las supernovas, cada 200 o 300 años, un hombre que escucha a todos, cosa que muchos no suelen hacer por esos lares, solo se dedican a juicios psiquiátricos que escuchan a las consultas a las que acuden o deberían acudir...Un señor que va a jugar partidos de futbol con inmigrantes de un barrio humilde de Barcelona, mientras otros se dedican al mundo del postureo, haciéndose pasar por rojazos, haciendo gala de torquemadismo y un perdonavidismo, cuando en muchos casos solo son unos pobres infelices con ínfulas, con un currículo académico falsificado, vamos en resumen es poco humilde hablar de la humildad de los demás, en resumen, aporten algo de una maldita vez o guarden un saludable silencio, el ruido que producen es estéril.
En resumen Martínez, su humildad es veraz.. saludos a Karla.