[Pablo Neruda] Testamento de Otoño.

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  • เผยแพร่เมื่อ 10 พ.ย. 2024

ความคิดเห็น • 5

  • @rosamariarojodiego5014
    @rosamariarojodiego5014 3 ปีที่แล้ว

    Que bonito que palabras estara sienpre en nuestros corazones si encuentre me oiga un besin para el

  • @gastonnunezchavez3423
    @gastonnunezchavez3423 5 ปีที่แล้ว +1

    Testamento de otoño
    Pablo Neruda
    Entre morir y no morir
    me decidí por la guitarra
    y en esta intensa profesión
    mi corazón no tiene tregua,
    porque donde menos me esperan
    yo llegaré con mi equipaje
    a cosechar el primer vino
    en los sombreros del Otoño.
    Entraré si cierran la puerta
    y si me reciben me voy,
    no soy de aquellos navegantes
    que se extravían en el hielo:
    yo me acomodo como el viento,
    con las hojas más amarillas,
    con los capítulos caídos
    de los ojos de las estatuas
    y si en alguna parte descanso
    es en la propia nuez del fuego,
    en lo que palpita y crepita
    y luego viaja sin destino.
    A lo largo de los renglones
    habrás encontrado tu nombre,
    lo siento muchísimo poco,
    no se trataba de otra cosa
    sino de muchísimas más,
    porque eres y porque no eres
    y esto le pasa a todo el mundo,
    nadie se da cuenta de todo
    y cuando se suman las cifras
    todos éramos falsos ricos:
    ahora somos nuevos pobres.
    He sido cortado en pedazos
    por rencorosas alimañas
    que parecían invencibles.
    Yo me acostumbré en el mar
    a comer pepinos de sombra,
    extrañas variedades de ámbar
    y a entrar en ciudades perdidas
    con camiseta y armadura
    de tal manera que te matan
    y tú te mueres de la risa.
    Dejo pues a los que me ladraron
    mis pestañas de caminante,
    mi predilección por la sal,
    la dirección de mi sonrisa
    para que todos lo lleven
    con discreción si son capaces:
    ya que no pudieron matarme
    no puedo impedirles después
    que no se vistan con mi ropa
    que no aparezcan los domingos
    con trocitos de mi cadáver,
    certeramente disfrazados.
    Si no dejé tranquilo a nadie
    no me van a dejar tranquilo,
    y se verá y eso no importa:
    publicarán mis calcetines.
    Dejé mis bienes terrenales
    a mi Partido y a mi pueblo,
    ahora se trata de otras cosas,
    cosas tan oscuras y claras
    que son sin embargo una sola.
    Así sucede con las uvas,
    y sus dos poderosos hijos,
    el vino blanco, el vino rojo,
    toda la vida es roja y blanca,
    toda claridad es oscura,
    y no todo es tierra y adobe,
    hay en mi herencia sombra y sueños.
    Me preguntaron una vez
    por qué escribía tan oscuro,
    pueden preguntarlo a la noche,
    al mineral, a las raíces.
    Yo no supe qué contestar
    hasta que luego y después
    me agredieron dos desalmados
    acusándome de sencillo:
    que responda el agua que corre
    y me fui corriendo y cantando.
    A quién dejo tanta alegría
    que pululó por mis venas
    y este ser y no ser fecundo
    que me dio la naturaleza?
    He sido un largo río lleno
    de piedras duras que sonaban
    con sonidos claros de noche,
    con cantos oscuros de día
    y a quién puedo dejarle tanto,
    tanto qué dejar y tan poco,
    una alegría sin objeto,
    un caballo solo en el mar,
    un telar que tejía viento?
    Mis tristezas se las destino
    a los que me hicieron sufrir,
    pero me olvidé cuáles fueron,
    y no sé dónde las dejé,
    si las ven en medio del bosque
    son como las enredaderas
    suben del suelo con sus hojas
    y terminan donde terminas,
    en tu cabeza o en el aire,
    y para que no suban más
    hay que cambiar de primavera.
    Anduve acercándome al odio,
    son serios sus escalofríos,
    sus nociones vertiginosas.
    El odio es un pez espada,
    se mueve en el agua invisible
    y entonces se le ve venir,
    y tiene sangre en el cuchillo:
    lo desarma la transparencia.
    Entonces para qué odiar
    a los que tanto nos odiaron?
    Allí están debajo del agua
    acechadores y acostados
    preparando espada y alcuza,
    telarañas y telaperros.
    No se trata de cristianismos,
    no es oración ni sastrería,
    sino que el odio perdió:
    se le cayeron las escamas
    en el mercado del veneno,
    y mientras tanto sale el sol
    y uno se pone a trabajar
    y a comprar su pan y su vino.
    Al odio le dejaré
    mis herraduras de caballo,
    mi camiseta de navío,
    mis zapatos de caminante,
    mi corazón de carpintero,
    todo lo que supe hacer
    y lo que me ayudó a sufrir,
    lo que tuve de duro y puro,
    de indisoluble y emigrante,
    para que se aprenda en el mundo
    que los que tienen bosque y agua
    pueden cortar y navegar,
    pueden ir y pueden volver,
    pueden padecer y amar,
    pueden temer y trabajar,
    pueden ser y pueden seguir,
    pueden florecer y morir,
    pueden ser sencillos y oscuros,
    pueden no tener orejas,
    pueden aguantar la desdicha,
    pueden esperar una flor,
    en fin, podemos existir,
    aunque no acepten nuestras vidas
    unos cuantos hijos de puta.
    Matilde Urrutia, aquí te dejo
    lo que tuve y lo que no tuve,
    lo que soy y lo que no soy.
    Mi amor es un niño que llora:
    no quiere salir de tus brazos,
    yo te lo dejo para siempre:
    eres para mí la más bella.
    Eres para mí la más bella,
    la más tatuada por el viento
    como un arbolito del sur,
    como un avellano en agosto.
    Eres para mí suculenta
    como una panadería,
    es de tierra tu corazón,
    pero tus manos son celestes.
    Eres roja y eres picante,
    eres blanca y eres salada
    como escabeche de cebolla.
    Eres un piano que ríe
    con todas las notas del alma
    y sobre mí cae la música
    de tus pestañas y tu pelo.
    Me baño en tu sombra de oro
    y me deleitan tus orejas
    como si las hubiera visto
    en las mareas de coral:
    por tus uñas luché en las olas
    contra pescados pavorosos.
    De Sur a Sur se abren tus ojos
    y de Este a Oeste tu sonrisa,
    no se te pueden ver los pies
    y el sol se entretiene estrellando
    el amanecer en tu pelo.
    Tu cuerpo y tu rostro llegaron,
    como yo, de regiones duras,
    de ceremonias lluviosas,
    de antiguas tierras y martirios,
    sigue cantando el Bío-Bío
    en nuestra arcilla ensangrentada,
    pero tú trajiste del bosque
    todos los secretos perfumes
    y esa manera de lucir
    un perfil de flecha perdida,
    una medalla de guerrero.
    Tú fuiste mi vencedora
    por el amor y por la tierra,
    porque tu boca me traía
    antepasados manantiales,
    citas en bosques de otra edad,
    oscuros tambores mojados:
    de pronto oí que me llamaban,
    era de lejos y de cuando
    me acerqué al antiguo follaje
    y besé mi sangre en tu boca,
    corazón mío, mi araucana.
    Qué puedo dejarte si tienes,
    Matilde Urrutia, en tu contacto
    ese aroma de hojas quemadas,
    esa fragancia de frutillas
    y entre tus dos pechos marinos
    el crepúsculo de Cauquenes
    y el olor de peumo de Chile?
    Es el alto otoño del mar
    lleno de niebla y cavidades,
    la tierra se extiende y respira,
    se le caen al mes las hojas.
    Y tú inclinada en mi trabajo
    con tu pasión y tu paciencia
    deletreando las patas verdes,
    las telarañas, los insectos
    de mi mortal caligrafía.
    Oh leona de pies pequeñitos,
    qué haría sin tus manos breves,
    dónde andaría caminando
    sin corazón y sin objeto,
    en qué lejanos autobuses,
    enfermo de fuego o de nieve?
    Te debo el otoño marino
    con la humedad de las raíces
    y la niebla como una uva
    y el sol silvestre y elegante:
    te debo este cajón callado
    en que se pierden los dolores
    y sólo suben a la frente
    las corolas de la alegría.
    Todo te lo debo a ti,
    tórtola desencadenada,
    mi codorniza copetona,
    mi jilguero de las montañas,
    mi campesina de Coihueco.
    Alguna vez si ya no somos,
    si ya no vamos ni venimos
    bajo siete capas de polvo
    y los pies secos de la muerte,
    estaremos juntos, amor,
    extrañamente confundidos.
    Nuestras espinas diferentes,
    nuestros ojos maleducados,
    nuestros pies que no se encontraban
    y nuestros besos indelebles,
    todo estará por fin reunido,
    pero de qué nos servirá
    la unidad de un cementerio?
    Que no nos separe la vida
    y se vaya al diablo la muerte!

  • @Apolozoesolarte
    @Apolozoesolarte 7 ปีที่แล้ว +1

    Es esa la verdadera voz de Neruda?

    • @Nerudavivecl
      @Nerudavivecl  7 ปีที่แล้ว +4

      Los nerudianos de Chile y Suecia ,independientes del negocio mal llamado fundación Neruda ,no mentimos , entregamos trabajos que se venden ,pero nosotros los regalamos porque son propiedad de los ciudadanos del mundo . www.nerudacantogeneral.cl www.antologiapopular1972.cl www.nerudavive.cl www.nerudanobel.info

    • @hetoree48
      @hetoree48 6 ปีที่แล้ว +1

      Claro, es inconfundible. La UNAM es la responsable de la edición. Yo tengo el disco en acetato y CD