La locución, como siempre, totalmente prescindible: comentarios insustanciales, errores de concepto, expresión paupérrima y todo ello trufado de innumerables errores gramaticales. Patética oratoria. Mejor estarían callados.
Efectivamente. No hacen sino desviar la atención a su absurda petulancia, además de hacia intereses clericales, en nada coincidentes con la emoción de la belleza y la contundente solemnidad. Lo peor, las horrendas e impertinentes distorsiones retóricas de su verborrea, que interfieren la hermosa música procesional de las magníficas bandas, sin el respeto obligado hacia el ambiente creado por el espectáculo ciudadano de extrema belleza, en mitad del silencio de la madrugada.
Cofrades y cofradas... Quién lo diría. Estaban más avanzados en el siglo XVI.
La locución, como siempre, totalmente prescindible: comentarios insustanciales, errores de concepto, expresión paupérrima y todo ello trufado de innumerables errores gramaticales. Patética oratoria. Mejor estarían callados.
Efectivamente. No hacen sino desviar la atención a su absurda petulancia, además de hacia intereses clericales, en nada coincidentes con la emoción de la belleza y la contundente solemnidad. Lo peor, las horrendas e impertinentes distorsiones retóricas de su verborrea, que interfieren la hermosa música procesional de las magníficas bandas, sin el respeto obligado hacia el ambiente creado por el espectáculo ciudadano de extrema belleza, en mitad del silencio de la madrugada.
@@josetevargarcia3147 Gracias. Creía que solo lo pensaba yo. Un saludo.