Qué video más interesante Irene!! Lo vuelvo a ver a la espera de que saques el siguiente ( no quiero meter presión pero es que me encantan!!) Comentar libros está bien, pero los análisis que tu haces, la comparación de obras y tus reflexiones, son tan enriquecedoras que no solo recomiendas libros, sino que nos enseñas a ser mejores lectores. Gracias!!
Hola Irene, estoy muy de acuerdo con aquello de que la narrativa de la felicidad permea cada espacio de la vida colectiva e individual. Resulta curioso que cuando se señala o mencionan esta narrativa, tienden a llamarte negativo, mala honda, resentido y demás jejejej este lavado de cerebro, como bien dijiste, es la manera de escapar a un mundo que no le ofrece a las personas estabilidades, o certezas, sólo incertidumbre que se cubren con el consumo de mercancías o personas. Saludos desde Colombia.
Como Mexico-Americano te puedo decir que la cultura de la positividad es muy popular aquí en los Estados Unidos que detesto. De hecho tenemos la palabra "toxic positivity". ¿Me pregunto si en Europa la gente es igual que aquí, tan necesitada de un final feliz o positivo? Ésto de la narrativa de la felicidad me suena mucho a la tesis del antropólogo Americano, Ernest Becker, que decía que nuestra inquietante necesidad por la inmortalidad (sea a través de la religión o a través de algo simbólico) surge por nuestro terror a la muerte. ¿Será que esta necesidad por finales felices es sino otra manifestación de nuestro terror a la muerte? En "Escape from Evil", Becker argumenta que nuestro terror a la muerte es la causa de la mayoría de nuestras atrocidades como seres humanos. Me encanto tu vídeo, Irene. Gracias!
Justamente ando de limpieza de biblioteca y como tú releyendo obras... que conocí en mi adolescencia, hace treinta años (!). En concreto novela naturalista, que es de todo menos edulcorada. Coge "Thérèse Raquin" de Zola (en "Un libro, una hora" la resumen) o "Germinal" del mismo autor, y sobre todo está última tiene ese componente social que compensa el "alivio" individualista/conformista que comentas cuando lees dramas. Ves la parte de lucha en la evolución social y cómo van de la mano opresión y violencia, injusticia y revueltas, pasiones y sufrimientos, todo así bien expuesto y crudito sin aliño 😅
Hola Irene. Que gusto ver tus videos. Creo que la narrativa de la felicidad es monótona, sabemos casi que de antemano el final; prefiero el drama, tiene más contenido y te permite analizar mejor la historia y entender el mensaje real del autor.
Hola, Irene! Adoro tus vídeos! Pues a mí me gusta mucho cuando el final es un tanto abierto y trágico, porque fomenta a que el lector se ponga en acción. Creo que los seres humanos huimos de que nuestro final no sea feliz (tendemos a negar la muerte) y conseguir esa tensión puede ponernos en movimiento a buscar en la realidad nuestro final feliz o a aceptar de que no hay tal cosa definitiva
En el "Diccionario del diablo" de Ambrose Bierce la definición que da del ser humano es "Envío postal de la partera al enterrador". Todos sabemos eso. Por eso es razonable aplicar el principio de "No te tomes la vida en serio; al fin y al cabo, no saldrás vivo de ella". Dicho esto, no creo que la narrativa de la felicidad sea una tendencia en auge. No lo es, creo, en la literatura seria en que las historias de redención pasaron del todo de moda. Pero incluso en las expresiones artísticas populares pienso que están en retroceso. Te pongo el ejemplo de dos películas que usan el mismo argumento. En los años cincuenta un productor suizo "invitó insistentemente" a Dürrenmatt, que andaba mal de dinero, a escribir el guión de una película. El resultado fue "El cebo" de Ladislao Vajda. La película concluye con un inverosímil final feliz, que ningún espectador sensato se puede creer. Insatisfecho, el autor suizo, que era un pesimista nato ( definía la Tierra como "una gasolinera en que no está prohibido fumar") escribió la (extraordinaria) novela "La promesa". En ella "da la vuelta" a ese final convirtiendo el mismo hecho en una fuente de perpetua amargura. Cuarenta años después, Sean Penn retoma el argumento de la novela para la película "El juramento", que es posible que hayas visto, pues se trata de una película de 2001 con Jack Nicholson, Helen Mirren, Benicio del Toro...Evidentemente ya no tiene un final feliz; tiene un final desdichado "convencional", porque el giro final de la novela era demasiado sutil para una peli de Hollywood. Te pongo ese ejemplo porque se trata de un argumento moderno, libre pues del peso de la tradición. Por otro lado la película de 1958 es mucho mejor que la de 2001...pero uno debe aceptar que el final feliz es una exigencia de los productores. En el cine de aquellos años eso era corriente. Estoy pensando, por ejemplo, en la que creo es una de las mejores películas de terror que yo he visto , que es "Yo anduve con un zombie" de Tourneur (1943). La peli acaba "naturalmente mal", pero tras ese final lógico hay un falso final feliz que ocupa el último minuto de metraje y que ningún espectador adulto se va a creer. El optimismo tiene , de hecho, mucho menos prestigio intelectual que el pesimismo, aunque ello no ha contribuido a volver a poner de moda a mi admirado Dürenmatt.No creo que se pueda decir que somos presas de la narrativa de la felicidad cuando en nuestras sociedades cada vez hay menos personas que creen en "la vida eterna".
Yo creo que a mí me pasa al reves y yo tengo un sesgo negativo jajaja. Respecto a libros sin narrativa de la felicidad yo acabo de leer un libro en el que pensé: Así es la vida, nos pasan cosas y nos pasan cosas y al final nada cambia y así es la vida. El libro tiene dos protagonistas, que van viviendo cosas, van cambiando y al final, para mí, sí acaban en otro sitio, porque sí avanzan pero se sienten igual. El libro se llama Si los bebés cambian de color, publicado por ediciones en el mar.
Vuelve Irene, se te echa de menos.
Quiero más videos suyos!!
Qué video más interesante Irene!! Lo vuelvo a ver a la espera de que saques el siguiente ( no quiero meter presión pero es que me encantan!!) Comentar libros está bien, pero los análisis que tu haces, la comparación de obras y tus reflexiones, son tan enriquecedoras que no solo recomiendas libros, sino que nos enseñas a ser mejores lectores. Gracias!!
Qué final de vídeo más bueno Irene, me has llenado de esperanza.
¡Qué pasada de vídeo, Irene! Enhorabuena y muchas gracias
Muchas gracias Irene, me encanta como transmites😍 pero te echo de menos en el otro canal😊 me gustaría verte pronto por allí 🙏😘😘
Hola Irene, estoy muy de acuerdo con aquello de que la narrativa de la felicidad permea cada espacio de la vida colectiva e individual. Resulta curioso que cuando se señala o mencionan esta narrativa, tienden a llamarte negativo, mala honda, resentido y demás jejejej este lavado de cerebro, como bien dijiste, es la manera de escapar a un mundo que no le ofrece a las personas estabilidades, o certezas, sólo incertidumbre que se cubren con el consumo de mercancías o personas.
Saludos desde Colombia.
Como Mexico-Americano te puedo decir que la cultura de la positividad es muy popular aquí en los Estados Unidos que detesto. De hecho tenemos la palabra "toxic positivity". ¿Me pregunto si en Europa la gente es igual que aquí, tan necesitada de un final feliz o positivo?
Ésto de la narrativa de la felicidad me suena mucho a la tesis del antropólogo Americano, Ernest Becker, que decía que nuestra inquietante necesidad por la inmortalidad (sea a través de la religión o a través de algo simbólico) surge por nuestro terror a la muerte. ¿Será que esta necesidad por finales felices es sino otra manifestación de nuestro terror a la muerte? En "Escape from Evil", Becker argumenta que nuestro terror a la muerte es la causa de la mayoría de nuestras atrocidades como seres humanos.
Me encanto tu vídeo, Irene. Gracias!
Justamente ando de limpieza de biblioteca y como tú releyendo obras... que conocí en mi adolescencia, hace treinta años (!). En concreto novela naturalista, que es de todo menos edulcorada. Coge "Thérèse Raquin" de Zola (en "Un libro, una hora" la resumen) o "Germinal" del mismo autor, y sobre todo está última tiene ese componente social que compensa el "alivio" individualista/conformista que comentas cuando lees dramas. Ves la parte de lucha en la evolución social y cómo van de la mano opresión y violencia, injusticia y revueltas, pasiones y sufrimientos, todo así bien expuesto y crudito sin aliño 😅
Hola Irene. Que gusto ver tus videos. Creo que la narrativa de la felicidad es monótona, sabemos casi que de antemano el final; prefiero el drama, tiene más contenido y te permite analizar mejor la historia y entender el mensaje real del autor.
Hola, Irene! Adoro tus vídeos! Pues a mí me gusta mucho cuando el final es un tanto abierto y trágico, porque fomenta a que el lector se ponga en acción. Creo que los seres humanos huimos de que nuestro final no sea feliz (tendemos a negar la muerte) y conseguir esa tensión puede ponernos en movimiento a buscar en la realidad nuestro final feliz o a aceptar de que no hay tal cosa definitiva
Irene, no sé, pero con tus reseñas siento que te quiero mucho jajajaja😅. Que bonitos videos haces 🎉🎉
explicas padrísimo. Serías una gran maestra.
En el "Diccionario del diablo" de Ambrose Bierce la definición que da del ser humano es "Envío postal de la partera al enterrador". Todos sabemos eso. Por eso es razonable aplicar el principio de "No te tomes la vida en serio; al fin y al cabo, no saldrás vivo de ella". Dicho esto, no creo que la narrativa de la felicidad sea una tendencia en auge. No lo es, creo, en la literatura seria en que las historias de redención pasaron del todo de moda. Pero incluso en las expresiones artísticas populares pienso que están en retroceso. Te pongo el ejemplo de dos películas que usan el mismo argumento. En los años cincuenta un productor suizo "invitó insistentemente" a Dürrenmatt, que andaba mal de dinero, a escribir el guión de una película. El resultado fue "El cebo" de Ladislao Vajda. La película concluye con un inverosímil final feliz, que ningún espectador sensato se puede creer. Insatisfecho, el autor suizo, que era un pesimista nato ( definía la Tierra como "una gasolinera en que no está prohibido fumar") escribió la (extraordinaria) novela "La promesa". En ella "da la vuelta" a ese final convirtiendo el mismo hecho en una fuente de perpetua amargura. Cuarenta años después, Sean Penn retoma el argumento de la novela para la película "El juramento", que es posible que hayas visto, pues se trata de una película de 2001 con Jack Nicholson, Helen Mirren, Benicio del Toro...Evidentemente ya no tiene un final feliz; tiene un final desdichado "convencional", porque el giro final de la novela era demasiado sutil para una peli de Hollywood. Te pongo ese ejemplo porque se trata de un argumento moderno, libre pues del peso de la tradición. Por otro lado la película de 1958 es mucho mejor que la de 2001...pero uno debe aceptar que el final feliz es una exigencia de los productores. En el cine de aquellos años eso era corriente. Estoy pensando, por ejemplo, en la que creo es una de las mejores películas de terror que yo he visto , que es "Yo anduve con un zombie" de Tourneur (1943). La peli acaba "naturalmente mal", pero tras ese final lógico hay un falso final feliz que ocupa el último minuto de metraje y que ningún espectador adulto se va a creer. El optimismo tiene , de hecho, mucho menos prestigio intelectual que el pesimismo, aunque ello no ha contribuido a volver a poner de moda a mi admirado Dürenmatt.No creo que se pueda decir que somos presas de la narrativa de la felicidad cuando en nuestras sociedades cada vez hay menos personas que creen en "la vida eterna".
por lo menos el de lecturas 2023 :) ficción y no ficción
Yo creo que a mí me pasa al reves y yo tengo un sesgo negativo jajaja. Respecto a libros sin narrativa de la felicidad yo acabo de leer un libro en el que pensé: Así es la vida, nos pasan cosas y nos pasan cosas y al final nada cambia y así es la vida. El libro tiene dos protagonistas, que van viviendo cosas, van cambiando y al final, para mí, sí acaban en otro sitio, porque sí avanzan pero se sienten igual. El libro se llama Si los bebés cambian de color, publicado por ediciones en el mar.
En la literatura Russa no hay narrativa de felicidad. Te la recomiendo
La vida de BRIAN, o BRAZIL de Terry Gilliam, que poseen los dos finales felices más desoladores de la historia del cine.