Tumulario - El Mal Reptante (Live Mystical Keys I)

Memorias Místicas #5 → Con excepción de esta breve introducción, lo de hoy no será una apreciación, ni un pensamiento mío: El Mystical Keys I de hace ya un mes fue un evento muy especial para mí, por todo lo que significó desde varias aristas, pero el que haya sido tan grato y complaciente no habría sido posible sin la ayuda de todos los implicados: el equipo de trabajo y el público asistente; más entre todos ellos, desde la concepción misma, un buen amigo, y metalero totalmente serio y comprometido, el señor Ainigma fue quien se unió a esta cruzada, aportó lo necesario, se apersonó de la idea conjunta resultante, y trabajó fuerte a mi lado para que saliera de la mejor forma. Hoy, por esta importante razón y algunas otras más (metal-éticas incluso), le cedo la voz… asi que sea él quien hoy narre algo de lo vivido, después de todo, su visión clara, su percepción objetiva y su mente afilada siempre tienen mucho por decir.
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Tumulario, un espectro que no espanta
La quinta clave mística de la noche se posa sobre la tarima, acompañada por los murmullos de aquellos que hasta el momento habían sido espectadores, pero que dentro de poco se transformarían en un ejército dispuesto a acompañar al gran Tumulario. Algunos sin saberlo y otros (incluyéndome) esperando ansiosos la Revelación.
Después de una noche llena de tonadas lúgubres que sumergieron a La Horda en un trance-casi como un viaje-llega el momento. Suena la primera nota violenta, desatando Vociferaciones que transforman el espacio en un túmulo, perfectamente acompañado por el aura mística que ya lo adornaba.
Las cabezas se agitan con fuerza y algunas voces, desde ya, desean hacer coro para desatar la esencia de su ser, impregnada y combinada con la llave que guía a la masa de Metalizados, como de costumbre.
Pasando al aspecto técnico, aunque todas las bandas que hicieron parte del misticismo sonaron contundentemente bien, Tumulario tuvo su valor diferencial. Su show de luces hizo mella, acompañando cada golpe, acorde y grito con precisión. Los colores combinaron perfectamente con la escenografía y los movimientos reforzaron lo que sucedía en la tarima. En algunos momentos, la mezcla de luces y sonido reverenciaba el sentir del escandaloso pero deleitante crujir.
Sin mucho más que añadir, puedo decir que Tumulario fue “la banda de la noche.” Un término que, aunque subjetivo, ya acostumbramos a usar para resumir quién tuvo el mayor impacto desde nuestros ojos. En esta ocasión, quiero agregar únicamente que lo fueron porque lograron conservar la mezcla perfecta de mística conexión con el público, junto con la violenta fuerza de su crudo metal, de principio a fin.
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Ainigma
Alguien más…
Las Estancias de Mandos
Créditos:
Grandiosa captura fotográfica para Omar Andrés González.
Video principal por Ainigma
Video de apoyo por Sergio Caballero

[@estebanvelasquez1390]

excelente 🎉🎉