La verdadera riqueza (2).
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- เผยแพร่เมื่อ 9 ก.พ. 2025
- El problema de Dios con las riquezas es que ellas pueden llevar a las personas a amarlas, a poner su esperanza en ellas, a que ellas sean su dios, desplazando al Dios verdadero de Su lugar en el corazón de la persona (Mat_6:24).
Por ello aconseja a los que tienen riquezas materiales que hagan con ellas buenas obras (1Co_6:17-19).
Que no sean altivos
Que no pongan su esperanza en las riquezas
Que pongan su esperanza en el Dios vivo.
Que hagan bien con sus riquezas.
Que hagan buenas obras, sean dadivosos, generosos.
Que echen mano de la vida eterna.
Pro_13:25.
Cuando las personas que tienen riquezas materiales no tienen a Cristo en su corazón, corren el riesgo de la avaricia, la ostentación, la codicia, y sus almas se vuelven vacías.
En tanto que con Cristo en su corazón, tengan o no riquezas materiales, su alma siempre estará saciada, plena, abundando en vida buena, en bienestar.
El remedio para poner las riquezas materiales en perspectiva:
Dar con generosidad a la obra de Dios (primicias, diezmos, ofrendas) (Mal_3:10-12).
Dar con generosidad a los padres (honrarlos con las riquezas) (Mat_7:10-13).
Dar con generosidad a los necesitados (tanto de la familia biológica como de la familia de la fe) (1Ti_5:8, Gal_6:10).
Dar con generosidad a los pobres sean o no familia biológica o de la fe (Pro_19:17, Pro_28:27).
Busquemos con todo nuestro corazón, antes que nada, ser llenos de la Palabra de Dios, que es la verdadera riqueza eterna, que nos provee de la sabiduría necesaria para vivir vidas en bienestar (es mejor que el oro, la plata y las piedras preciosas).
Y aprendamos a usar las riquezas sabiamente para vivir sobriamente, sin ostentación, y bendiciendo la vida de las personas con ellas, sembrando con toda liberalidad en los demás (generación de empleos, salarios justos, ofrendas, extensión del Reino de Dios, suplir las necesidades de los pobres, etc.).