UN MILLONARIO SE QUEDÓ PARALIZADO CUANDO VIO A UN JARDINERO IDÉNTICO A ÉL DE JOVEN EN SU

El millonario quedó paralizado al ver a un jardinero idéntico a él mismo cuando era joven...
Desde las ventanas de piso a techo de su imponente mansión en Beverly Hills, Scott Bennett contemplaba el paisaje con una mirada perdida. El sol se deslizaba lentamente hacia el horizonte, proyectando sombras alargadas sobre los setos perfectamente podados y el césped cuidado con precisión milimétrica. La escena era digna de una postal, pero para Scott no era más que un telón de fondo insignificante en su monótona rutina.
Durante los últimos 20 años, la vida de Scott había sido una sucesión de días vacíos, atrapados en un dolor que no daba tregua. La pérdida de Joshua, su hijo de cinco años, era una herida que nunca cerró. Había creído durante dos décadas que el accidente de auto que acabó con la vida del niño era un destino inevitable, uno que ni todo su poder ni su fortuna pudieron evitar. La culpa y el arrepentimiento lo perseguían como una sombra que no podía sacudirse.
Los miembros de su personal conocían bien su silencio. Scott apenas hablaba, a menos que fuera estrictamente necesario, y se refugiaba en su trabajo como si cada nuevo proyecto fuera una manera de evadir la devastadora realidad de su pasado. Reuniones interminables, negociaciones de contratos y decisiones sobre su vasto imperio empresarial llenaban sus días, pero ninguna de esas tareas lograba aliviar el constante vacío en su pecho.
Lo que Scott no podía imaginar era que esa tarde, mientras los rayos dorados del atardecer iluminaban su jardín, estaba a punto de enfrentarse al encuentro más desconcertante de su vida: un jardinero que no solo compartía su juventud en el rostro, sino también el misterio de un destino que parecía imposible.