10 Octubre 2024-Jueves 27º Ordinario-Ciclo B-Lc 11, 5.13.Sólo los ¨tenaces¨ alcanzan de Dios algo.

EVANGELIO DEL JUEVES 27º DEL TIEMPO ORDINARIO, 10 DE OCTUBRE 2024-CICLO B-Lc 11, 5-13: «SÓLO “LOS MACHETEROS” ALCANZAN DE DIOS ALGO». Con Dios conviene a veces ser un machetero, porque es la única forma de conseguir lo que nosotros queremos. Y me explico por qué. Recuerdo aquella historia del profesor de sexto de primaria, que estaba explicando su lección ya casi al final del curso. Todos los alumnos tenían que estudiar duro, porque no puedes pasar a la secundaria. Y entonces el profesor dice: "Ustedes van a tener que poner de su parte mucho, pues no vamos a acabar. Ustedes tendrán que estudiar la parte que falta en el libro". Entonces uno de los alumnos dice: "Esto está muy chupado", queriendo decir está muy fácil. Después de que este alumno dijo esto, otro alumno saltó diciendo: "Profesor, él es un machetero, claro, por eso dice que no importa, esto está chupado". El Profesor respondió: "Conviene que todos seamos macheteros". Esto es aplicable al tema del Evangelio de hoy.
UNA MOLESTA INSISTENCIA. Jesús va enseñando a sus discípulos a orar. Y los discípulos van aprendiendo. Pero, Jesús al enseñar el "Padre nuestro" como una forma de orar, no se queda simplemente en el "Padre nuestro". Es un buen maestro, y nos enseña aquí cómo rezar y también a tener muy buenas relaciones. Esa buena relación con Dios se mantiene, cuando tú mantienes una buena relación también con tus compañeros. A perdonar a nuestros hermanos se aprende cuando se les ama y cuando también se quiere amar a Dios, porque decir que amamos a Dios y no perdonamos a los hermanos es como decir que no amamos a Dios. Es importante captar qué nos quiere decir Jesús ahora. Supongan que hay un amigo, quien recibe y tiene una visita, y no tiene que darle de comer. Se acerca a la casa de su vecino, que es también su amigo, a pedirle algo, pero ya es de noche. A veces en nuestra vida es de noche, todo es problema, estamos necesitados de todo, y en la noche necesitamos recurrir a los amigos para solucionar nuestros problemas. Pero los amigos a veces no responden a nuestros problemas. El Evangelio viene a decirnos que, al igual que con un amigo, con Dios se consiguen las cosas, no por ser amigos, sino por la MOLESTA INSISTENCIA. Es la primera lección que Jesucristo nos da. Y en realidad, si un amigo responde a veces por la molesta insistencia, Dios nunca se molesta, pues es nuestro Padre.
RELACIÓN DE HIJOS. Jesús dice, a renglón seguido, que nuestra oración debe ser una relación de hijos con su padre. Si ustedes hacia sus hijos se comportan de una manera, y no dan una víbora cuando ellos les piden pescado... si ustedes, padres de familia, aun no siendo del todo buenos, son buenos con sus hijos, ¿Qué hará el Padre Celestial? ¡Qué importante que tengamos una relación de hijo con Papá Dios! Cuando tú dices "si mi Dios lo quiere", cuando uno habla con su padre con corazón de hijo, nunca tiene problemas. Y si los tiene, todos encuentran solución. ¡Qué hermoso tener una relación así: "Si mi Dios lo quiere". Detrás de una frase tan sencilla, se oculta una relación sencilla, una relación profunda padre-hijo. Yo creo que muchas veces ése es el problema: con Dios no tenemos una relación padre-hijo, aun siendo Él nuestro Padre y teniendo una relación de Padre con nosotros, porque nunca nos falla. Hay que cambiar nuestra relación de hijo. ¿Cómo tener una relación de hijo? Siendo hijo: tener una relación de obediencia, de sencillez, de apertura, de transparencia, de disponibilidad, escuchando qué quiere Dios de ti. Y no sólo serás machetero, sino querrás todo lo que Él quiere de ti, y no habrá problemas
DIOS ES SIEMPRE FIEL. Al final de tu vida, pasarás el examen. No puede un hijo ser abandonado por su padre y Papá Dios no abandona a sus hijos. ¡Dios es siempre fiel! Para Dios todos somos hijos. Dios nos quiere así como somos. No se arrepiente de tenernos. Aprendamos a tener esa relación de padre-hijo, y no sólo de macheteros a la hora de dar, sino macheteros a la hora de seguir la Voluntad de Dios, lo que Él quiere, así en la tierra como en el cielo. Y entonces tú, tú sí serás un hijo más, pero el hijo querido para siempre. ¡Bendiciones mías y de Papá Dios! P. Salvador Gómez, L.C.