Lo que describe proverbios 31 es muy aplicable, sin embargo la parte de que por esta causa tienes que atender al marido, no aplica para mujeres con una carrera y trayectoria como profesional, acostumbradas a gastar dinero y hacer proyectos económicos sin consultar, ni pedir, ni suplicar, ni convencer a otro. Es injusto que se pretenda que estas hagan doble jornada o que renuncien al ejercicio de su carrera para dedicarse a la casa, a los hijos y el marido. Son muchas las mujeres que hoy cuentan sentirse estafadas por su esposo porque les dijo que las mantendría de una manera y hoy sufren de violencia económica. La mujer ya puso un pie en la industria, en la carrera profesional, en el campus académico, incluso hoy día hay mujeres con mas capacitación académica y desarrollo profesional que muchos otros hombres, por tanto mejor poder adquisitivo. Asimismo el hombre tiene que poner un pie en el mundo que solía pertenecer a la mujer, es decir, la cocina, la limpieza y el mantenimiento de la casa. A ningún varón se le va a caer ninguna parte de su cuerpo por agarrar una escoba. La mujer cambió, el hombre tiene que cambiar también.
La autoexigencia de la mujer hacia sí misma va en contra de su salud mental hasta que no reflexiona que: Te evalúan como madre como si lo único que tuvieras que hacer fuera atender a tu hijos. Te evalúan como esposa como si lo único que tuvieras que hacer fuera atender a tu esposo. Te evalúan como empleada como si lo único que tuvieras que hacer fuera atender a tu empleo. Te evalúan tu apariencia como si lo único que tuvieras que hacer fuera atender a tu aspecto. Te evalúan tu casa que tiene que estar limpia y organizada como si lo único que tuvieras que hacer fuera atender a tu casa. Te evalúan cultura general y actual como si lo único que tuvieras que hacer fuera estar pendiente a lo nuevo que salió. Y todo esto con una sonrisa y sumisión y sin poner en su puesto a quien te venga a criticar. Esto es inalcanzable pero muchas mujeres corren detrás de llenar esta expectativa. Por eso la mujer casada (depende con quien se case) tiende a ser infeliz, porque tiene doble jornada. El hombre cuando hace alguito le llama "ayudar", como si viviera en otra casa.
gloria a Dios
Que bien enseña ❤
Lucia , temerosa de Jehová, mujer virtuosa...
Que bello eres Padre Celestial...
Amen
Amén amén bendiciones 🙏
Aleluya!!!❤
Gloria a Dios 🙏
Mujer virtuosa❤😊
Dios te siga usando Pastora Virginia, tremenda enseñanza ay que temer a Jehová para ser una verdadera mujer alabada.
Bendiciones pastora 😊
Amén 🙌🏻
Principio de toda sabiduría es el temor a Jehová ❤️
Me fascinaron cómo me gusta cómo cómo habla a través de la reflexión de la palabra de Dios uno va aprendiendo
Poiuyttrewqñk muy bonito aprender si busco de Dios todos los días
Lo que describe proverbios 31 es muy aplicable, sin embargo la parte de que por esta causa tienes que atender al marido, no aplica para mujeres con una carrera y trayectoria como profesional, acostumbradas a gastar dinero y hacer proyectos económicos sin consultar, ni pedir, ni suplicar, ni convencer a otro. Es injusto que se pretenda que estas hagan doble jornada o que renuncien al ejercicio de su carrera para dedicarse a la casa, a los hijos y el marido.
Son muchas las mujeres que hoy cuentan sentirse estafadas por su esposo porque les dijo que las mantendría de una manera y hoy sufren de violencia económica.
La mujer ya puso un pie en la industria, en la carrera profesional, en el campus académico, incluso hoy día hay mujeres con mas capacitación académica y desarrollo profesional que muchos otros hombres, por tanto mejor poder adquisitivo. Asimismo el hombre tiene que poner un pie en el mundo que solía pertenecer a la mujer, es decir, la cocina, la limpieza y el mantenimiento de la casa.
A ningún varón se le va a caer ninguna parte de su cuerpo por agarrar una escoba. La mujer cambió, el hombre tiene que cambiar también.
La autoexigencia de la mujer hacia sí misma va en contra de su salud mental hasta que no reflexiona que:
Te evalúan como madre como si lo único que tuvieras que hacer fuera atender a tu hijos.
Te evalúan como esposa como si lo único que tuvieras que hacer fuera atender a tu esposo.
Te evalúan como empleada como si lo único que tuvieras que hacer fuera atender a tu empleo.
Te evalúan tu apariencia como si lo único que tuvieras que hacer fuera atender a tu aspecto.
Te evalúan tu casa que tiene que estar limpia y organizada como si lo único que tuvieras que hacer fuera atender a tu casa.
Te evalúan cultura general y actual como si lo único que tuvieras que hacer fuera estar pendiente a lo nuevo que salió.
Y todo esto con una sonrisa y sumisión y sin poner en su puesto a quien te venga a criticar.
Esto es inalcanzable pero muchas mujeres corren detrás de llenar esta expectativa. Por eso la mujer casada (depende con quien se case) tiende a ser infeliz, porque tiene doble jornada. El hombre cuando hace alguito le llama "ayudar", como si viviera en otra casa.