En el mundo del tratamiento de aguas, el término hidrofilicidad se está convirtiendo en un factor crucial para la eficiencia y durabilidad de las membranas. Pero ¿qué significa realmente y por qué es tan importante?
La hidrofilicidad es la capacidad de un material para atraer y retener agua, facilitando su paso a través de la membrana. Esta propiedad es fundamental en las membranas de carburo de silicio (SiC), como las desarrolladas por Cembrane. A diferencia de las membranas poliméricas tradicionales, que son hidrofóbicas y derivadas de subproductos del petróleo, las membranas de SiC, de origen mineral, ofrecen una serie de ventajas únicas.
Gracias a su hidrofilicidad, las membranas de SiC permiten un mayor flujo de agua con menor resistencia, reducen significativamente el ensuciamiento y son mucho más fáciles de limpiar. Además, mientras que las membranas poliméricas pierden eficiencia con cada ciclo de limpieza, las de SiC recuperan su permeabilidad al 100% tras la limpieza. Y por si fuera poco, su capacidad de almacenamiento es prácticamente indefinida, sin degradación con el tiempo.
En resumen, la hidrofilicidad de las membranas de SiC no solo mejora la eficiencia del proceso de filtración, sino que también garantiza un rendimiento duradero y fiable.
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Video published with the kind permission of the manufacturer Cembrane A/S and Ovivo, Inc.