วีดีโอ

La iglesia es el cuerpo de Cristo y todos los creyentes forman parte de él. La iglesia se forma y reúne conforme a la Palabra de Dios, y los que son de Cristo son también de su iglesia, donde ésta se reúne para adorar a Dios y proclamar el evangelio de Cristo.

El glorioso Espíritu Santo aplica la obra de salvación en los creyentes y forma y transforma a la iglesia para que viva para la gloria de Cristo.

La Persona y Obra del Espíritu Santo son de vital importancia para nosotros. La Biblia lo muestra y la experiencia de cada verdadero cristiano lo demuestra. Conocer al Espíritu Santo para caminar en Él.

La injusticia en este mundo en el que vivimos nos afecta. Nosotros también fabricamos injusticia y somos afectados personalmente. ¿Cuál es la respuesta? La justicia de Dios es nuestra mayor necesidad personal y como humanidad. La justicia que necesitamos es la de Cristo en nuestras vidas.

El Señor Jesucristo, el Hijo eterno de Dios, es nuestro Rey y Señor. En Él confiamos totalmente y vivimos con esperanza y seguridad, aún en medio de las peores cosas que nos puedan acontecer. Siempre estamos bajo su total gobierno y poder.

Una vida nueva experimenta el cristiano al resucitar con Cristo por la fe. El pecado ya no es el dueño, sino que comienza un nuevo carácter y una nueva conducta como resultado de nuestra unión con Cristo en su muerte y resurrección.

En Cristo y por la gracia, hemos sido liberados de la esclavitud del pecado y podemos vencer su dominio en nosotros. La mejor noticia que podemos recibir es que ahora somos libres para amar y seguir a Cristo para siempre.

En tiempos pasados de pandemia especialmente y aún hoy con las guerras, las preguntas sobre la muerte están en cada persona. la respuesta de Cristo y su Palabra es bien clara.

La pasión y muerte de Cristo en la cruz, nos muestra claramente lo terrible de nuestros pecados, la santa justicia e ira de Dios y lo grandioso e incomprensible del amor de nuestro salvador por los pecadores. ¿Cómo reaccionamos al considerar la cruz de Cristo?

Cristo, el Hijo eterno de Dios, es totalmente Dios y totalmente se hizo hombre, con el gran propósito de sacarnos de nuestro pecado y condenación. Y así llevarnos a la gloria por amor.

La Persona gloriosa de Cristo, es el centro de la fe y el amor de los verdaderos creyentes. El gran don del Padre y la mayor bendición del Espíritu Santo es conocer a Cristo para confiar en Él y adorarle por la eternidad.

Cristo es el único y suficiente salvador de los creyentes. Su persona y obra inigualable son el fundamento de nuestra salvación y deleite de nuestras almas.

Cuando vienen dificultades nuestra confianza en Dios como nuestro Padre se pone a prueba..Recordemos sus promesas y vivamos confiados en su fidelidad.

Dios existe en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. El Dios Trino, viniendo a salvarnos y a bendecirnos por siempre. Así se ha revelado Él en su Palabra, y así le hemos conocido por su gracia en nuestros corazones.

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