El Mago Frank es Francisco Suárez en:
La Historia de Gazapo.
Monólogo teatral.
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Enrique, Miguel Ángel:
Vengan, siéntense a mi lado.
Tengan, vean lo que he inventado...
Es un juego donde el amor,
lo representa una ficha...,
puede darles dolor
o bien, llenarlos de dicha.
Se puede ser un campeón
o pueden llegar a odiarlo...,
todo va en relación
a como sepan jugarlo.
Porque, aunque es para dos jugadores,
siempre están rodeados de gente:
Compañeros, profesores,
los amigos, ¡los parientes!
Que son una belleza,
a veces muy divertidos...,
pero un dolor de cabeza
cuando son..., ¡entrometidos!
Escuchen sus opiniones,
pero así, como las paredes...
La toma de decisiones,
sólo les corresponde a ustedes.
Porque nunca falta el villano,
la suegra o algún compadre,
que por quererte dar la mano,
a veces te rompen..., la armonía.
Hay momentos de agonía
en los que te quieres rajar...,
muchos otros de alegría,
¡que son los que te hacen luchar!
Al principio, todo es ternura,
todo se arregla con verse,
pero, como en cualquier aventura,
existe el riesgo de perderse.
Porque una escena de celos... ¡Te liquida!
La desconfianza, te inhibe,
los pleitos, te quitan vida
y sólo el perdón te revive.
Pero no para estar juntos
"en contemplación divina",
porque también pierde puntos
el que cae en la rutina.
Porque el amor en sí, es aburrido,
requiere de imaginación
y pueden darlo por perdido
si no hay comunicación.
Las reglas, son muy sencillas,
podría decirles: son obvias.
Van recorriendo casillas,
un novio y una novia.
Pero jugarlo, no es nada fácil
y no es cuestión de cultura,
es que el amor es muy frágil,
de la nada, se fractura.
Por eso hay una palabra clave:
RES-PON-SA-BI-LI-DAD
y sólo aquél que la sabe,
juega con libertad.
-¿Los dados...? -
No, no hay dados...
Los dados..., son los detalles,
mientras más tengas, más avanzas
en un enjambre de calles,
con temores y esperanzas.
El tablero: es la vida.
Los días: son las casillas
y en el punto de partida,
los esperan sus chiquillas...
También ávidas de jugar,
de comerse el mundo entero;
pero, por favor, antes de empezar,
escúchenme primero:
El amor es casi perfecto,
algo muy atractivo;
pero tiene un gran defecto:
que viene sin instructivo.
Y aunque lo sepan jugar
por puritita intuición,
ni su mamá los podrá salvar
de alguna desilusión.
Porque el amor no es congruente,
no tiene lógica alguna,
por eso ven a la gente
como si estuviera en la luna.
Inventando tonterías,
haciendo mil desfiguros
y luego las alegrías...,
se convierten en apuros.
Eso es algo que no entiendo,
en el menor de los males,
niños que hoy juegan Nintendo...
¡Mañana cambian pañales!
Y otra cosa más funesta,
alguna enfermedad...
No, no es por aguarles la fiesta,
pero lo que digo es verdad.
Por eso hoy hijos míos,
quiero darles un consejo,
administren bien sus bríos,
"no le copien al conejo".
Y así sea la chava más bella,
controlen sus emociones,
platiquen muy bien con ella...
¡Y extremen sus precauciones!
Yo fui chavo también,
no les digo, que no hagan nada,
les pido, ¡les ruego!, que lo hagan bien
y de manera educada.
Hacerle caso al corazón
es una tarea muy dura,
pueden amar con pasión,
pero..., sin perder cordura.
No jueguen con los sentimientos,
en este juego pierde..., ¡el que miente!,
si no aman en ese momento,
por favor, no lo inventen.
"Te amo", es una frase hermosa,
muy fácil de repetir...
Pero es muy peligrosa
si se dice sin sentir.
Dios, ya les dio un don:
una gran inteligencia...,
(yo les daría un condón
para cualquier emergencia...)
Sí, sí se los doy,
(y no es que les dé permiso) ,
pero como están las cosas hoy:
¡Úsenlo si es preciso!
Pero no tengan ningún temor,
vivan su juventud tranquilos,
hoy ya saben que el amor
es un arma con dos filos:
Por un lado te corta,
por el otro te acaricia;
por un lado es la horca
y por el otro..., una delicia.
Pero también es como el viento
nada ni nadie lo rige...,
deben andarse con tiento,
no me hagan decir: "Se los dije".
No puedo decir nada más,
ustedes son libres ¡Mis niños!
Sólo sepan que jamás,
hagan lo que hagan,
les negaré mi cariño.
Por eso elevo este ruego,
que Dios me ayude cuidarlos.
¡Tomen!, les regalo este juego...
Anden, ¡Vayan a jugarlo!