El narcisismo no se muestra como una simple sed de atención, sino como una construcción delicada y persistente dentro del cerebro. Cada gesto, cada búsqueda de reconocimiento, es impulsada por una maquinaria interna que nunca descansa.
En esta primera parte, desentrañamos las bases neurológicas del narcisismo, explorando las regiones del cerebro que moldean esta necesidad de validación. Desde la corteza prefrontal hasta el sistema de recompensa, cada pieza encaja para formar un patrón que define no solo a la persona, sino también sus relaciones y su visión del mundo.
Este es el inicio de un recorrido por las sombras del ego, donde el reflejo siempre exige más de lo que puede ofrecer.
Espero que lo disfruten y muchas gracias por acompañarnos en este camino de descubrimiento.
Nos vemos en 2025.