Rafael Gordon es uno de esos genios que, como Van Gogh, no son valorados en su justa medida por sus contemporaneos. Tal vez ese sea el precio que han de pagar en vida para ser valorados por la historia.
Pero aun tenemos la fortuna de disfrutar de su genio creativo, como cuando creó las geniales películas "La Reina Isabel en persona" o "Todo mujer" si es que, en justicia, puede extraerse al menos dos obras de su no muy larga, pero brillante obra cinematográfica.
Infinito es la más reciente creación literaria de un autor que cuenta en su haber con obras magníficas y que me ha invitado a leer y releer sus libros, por que, siempre tengo la sensación de que hay algo más escondido que merece ser descubierto, por que ha pasado desapercibido entre las ansias de terminar un libro.
El mejor Gordon siempre aparece en la segunda, en la tercera y en las sucesivas lecturas de sus obras, por eso, Infinito no solo captura al lector en la historia de la novela, sino en cada página, de la que se extraen pensamientos profundos en cada lectura reposada.