Tras diez años de construcción de este “plan”, se han alcanzado varios logros en diferentes comunidades caldenses y una del Meta. Se cuentan entre estos avances el aporte a la paz desde la transformación de los ambientes de clase, la creación de referentes positivos para los jóvenes, apoyo para la superación de adicciones, acompañamiento académico, fortalecimiento de las relaciones familiares, transformación de las comunidades, orientación vocacional, diálogo interinstitucional para beneficiar a las familias, capacitación de líderes, conformación del tejido social. El Plan Padrino ha logrado impactar la vida de muchas personas desde los siguientes aspectos señalados por quienes han participado en el proceso: Mejora el rendimiento académico de los estudiantes, mejora la comunicación y la unión familiar, se rescatan niños y jóvenes de la drogadicción, ayuda a terminar el bullying, diagnostica tempranamente cualquier dificultad de aprendizaje, ofrece apoyo para las dificultades de aprendizaje simples, mejora el ambiente del aula de clase, mejora la autoestima de los estudiantes y sus familias, forma comunidades autogestoras, genera y fortalece el liderazgo, crea sentido de pertenencia, genera corresponsabilidad en la formación de niños y jóvenes, despierta interés por el aprendizaje y la investigación, brinda formación integral, complementando estratégicamente lo que falta en el colegio o en el hogar, ofrece espacios de confianza para el acompañamiento profesional, ofrece a los estudiantes y sus familias guía y consuelo en cada dificultad, permite una exploración vocacional y el afianzamiento de competencias y habilidades, abre espacios para el voluntariado y la solidaridad profesional con los más necesitados.