Según un impreso conservado en la Biblioteca Nacional de España, esta marcha fúnebre, de José María Rotllán (compositor español del siglo XIX) fue editada y quizás divulgada en su época por algunas bandas, dada la escasez de partituras impresas que existían en la época. Entonces (mediados del siglo) todo era manuscrito. Cuando alguna partitura gozaba de los honores de la imprenta era por la calidad intrínseca de la obra (como es el caso) o por la relevancia artística del autor.
La transcripción y actualización ha consistido en adaptar la plantilla a la banda sinfónica moderna, dado que figuran en la original instrumentos ya desaparecidos o que no se usan. Y se han añadido algunos compases en la introducción para equilibrar la forma de la marcha.
La tonalidad de la pieza quizá sea lo más llamativo, teniendo en cuenta que se trataba de una época en la que el cromatismo no era aún un recurso fácil para algunos instrumentos de viento metal.
Así sonaba la Semana Santa en España en el siglo XIX.